Ingeniero, qué hacemos ?

La secretaria entró muy asustada a la oficina.

En una empresa, me desempeñaba en una función administrativa en la que coordinaba y supervisaba la gestión de unas áreas de la empresa y de una unidad de negocios que tenía una Planta de producción y comercializaba unos productos y servicios.

Por cuestiones de la estrategia organizacional de las empresas del grupo, los propietarios decidieron vender la Planta a una compañía especializada en ese mercado.

Además, la Presidencia le asignó a otra persona la negociación y la liquidación de los trabajadores para que renunciaran a la empresa e ingresaran a la nueva organización.

Por lo anterior, en esos días todos los conductores, ayudantes y operarios de la Planta estaban pasando a la nueva organización.

Una tarde estaba en la Oficina, con la puerta cerrada y entró la secretaria, muy asustada, cerró la puerta y me dijo:

“Ingeniero, aquí están los conductores y los operarios de la Planta, qué hacemos ?”.

Yo le dije:

“Tranquila, dígales que entren”.

Entonces entraron seis empleados de la Planta y saludaron, lo hicieron con mucha amabilidad y simpatía; ellos tenían su particular estilo, por su contextura gruesa, su uniforme (con camisa abierta) y su forma de expresarse.

Me dijeron:

«Ingeniero, venimos a saludarlo y a despedirnos.

Ud. sabe que hemos tenido muchos problemas para irnos a la otra empresa, pero queríamos decirle que estamos muy agradecidos con Ud. porque siempre nos apoyó mucho, nos trató bien y nos consiguió las ayudas a nosotros y nuestras familias, Dios le pague. «

Hablamos dos o tres minutos más y se fueron.

Volvió a entrar la Secretaria y dijo:

«Ay, qué susto Doctor, qué le dijeron ?«

Yo contesté:

«Vinieron a despedirse y a agradecer».

Ella salió y entró, muy preocupado, uno de los propietarios de la empresa y me pregunta:

«Que te pasó, qué te dijeron los muchachos, te trataron mal ?».

Yo contesté lo mismo:

«No señor, fueron muy amables, vinieron a despedirse y a agradecer».

El Ingeniero, que era un gran ser humano, cambió su cara, se sonrió y me dijo:

«Es una lástima las decisiones que tomamos en las empresas».

Callado se fue sin decir más.

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