Hay que prepararse para conseguir un trabajo en lo que más nos gusta y que además, sea apasionante.
Se necesita mucho esfuerzo y dedicación para prepararse y luego conseguir un trabajo que nos apasione y nos permita avanzar firmemente hacia un futuro promisorio en lo familiar, en lo institucional y en lo personal.

Las cosas que me gustan
Ello requiere mucha convicción y decisión frente a las dificultades que se presentan para lograr el éxito esperado .
En el ámbito familiar, laboral y personal, realizamos o participamos en actividades que nos gustan o con las que estamos de acuerdo pero también hay otras que “nos toca” realizar aunque no estamos de acuerdo o no nos gustan.
Obviamente, siempre «hay que trabajar para poder vivir»; sin embargo, si nos gusta la actividad laboral que realizamos habrá una recompensa además de la parte económica.
Y siempre, en cualquier actividad, hay aspectos que debemos soportar, como los siguientes:
- Laborar en empresas en las que nos sentimos incómodos
- Reportarle a Jefes fríos, egoístas y déspotas
- Entenderse con colegas y subalternos que nos caen mal
- Aguantar los problemas financieros de la empresa y sus implicaciones en la familia
- Manejar la complejidad y el exceso en la carga de trabajo
- Enfrentar los conflictos con colegas y subalternos
- Hacer o participar en tareas que no corresponden a las responsabilidades asignadas
Y estas situaciones se presentan por múltiples circunstancias:
- Por la naturaleza de la organización en la que trabajamos
- Porque desconocemos algunos aspectos de la situación que otras personas si comprenden
- Porque es necesario cumplir etapas y procesos para pasar a las siguientes
- Por los acuerdos realizados con los colegas, subalternos, proveedores y contratistas
- Porque recibimos órdenes de los jefes
- Por decisiones, de la mayoría, en los trabajos en grupo
- Porque nos falta un mayor conocimiento, experiencia y una visión más amplia del asunto en cuestión
- Por los errores que cometemos
- Porque creemos que en un principio hay aspectos importantes (y otros no importantes) que, más adelante, se convierten en críticos para conseguir los resultados esperados
Obviamente, en un mundo ideal todos esperamos hacer lo que queremos y participar en actividades con las que estamos de acuerdo pero en la práctica nada es fácil y siempre hay situaciones que nos obligan a tomar decisiones que no nos gustan y a aceptar órdenes de otras personas.
En la medida en que pasan los años, los humanos acumulamos experiencia, conocimientos, actitud y otras condiciones que nos permiten tener una mirada un poco más amplia de los aspectos a tener en cuenta en una decisión.
Y después, en la edad madura, hay que tomar decisiones o participar en ellas pero ya no estamos en la misma situación que antes porque no tenemos jefes, somos independientes o no trabajamos en grupo o en empresas y nos movemos en un pequeño círculo de la familia, algunos amigos y otras pocas personas cercanas.
Y en ese momento podría decirse lo siguiente:
Con los años, deberíamos hacer lo que más nos gusta y no realizar acciones con las que no estamos de acuerdo.
Ejemplo
Quizás, una de las situaciones más frecuentes en las organizaciones, es el momento en que una persona tiene la responsabilidad de decidir el camino a seguir en una situación y después se da cuenta que otras personas (generalmente los Jefes) ya tomaron la decisión con anterioridad.
En estos casos, podría decirse:
«Que opine únicamente el que pueda decidir».
El siguiente es un ejemplo de una situación corriente en las instituciones.
En lo personal, en algunas empresas recibimos una orden, de los superiores, de despedir a varias personas, sin estar de acuerdo con hacerlo; en el siguiente link describimos, en detalle, una de ellas:
En otras ocasiones similares realizamos la gestión y aunque fue siempre una tarea ingrata, tratamos de hacerlo en forma directa y con respeto y las personas así lo entendieron.
Referencia # 1
Esta es otra forma de ver esta misma reflexión:

Referencia #2
Ver la presentación: