«Los que más se esfuerzan en demostrar que son buenas personas, son los que menos lo son.»

«En una primera impresión, la imagen se forma a través de la percepción, el cerebro de un ser humano tarda alrededor de 6 segundos para generar una impresión y la decodificación entre 5 y 12 segundos en registrarse en la memoria, que constituye el primer estímulo visual que construye una imagen pública.»
La primera impresión puede ser muy engañosa y siempre será difícil establecer rápidamente quien es buena gente y quien no lo es; además, por respeto, uno no debe evaluar las personas para determinarlo.
Eventualmente, uno se encuentra con personas que parecen muy amables, simpáticas y, en principio, uno cree que son buena gente.
Sin embargo, más adelante esa persona muestra lo que es realmente, en especial en situaciones en las cuales aparece el dinero, el poder u otros intereses.
Una persona muestra lo que es realmente cuando aparece el dinero, el poder u otros intereses.
Desconfíe del que aparenta ser buena gente y no lo es porque, en el fondo, esa persona siempre está pensando es en cómo sacar su beneficio propio en la situación y no en el bien de otras personas o de una comunidad.
Y entonces, es preferible relacionarse con aquellas personas que demuestran de una vez lo que son realmente, incluso aquellos que son mal encarados, excesivamente callados o inexpresivos porque inmediatamente se sabe qué espera de ellos o simplemente no espera nada de los mismos.
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