En una entrevista, el periodista Pascual Gaviria le hizo una pregunta a Iván Ramiro Córdoba, el jugador de futbol colombiano que integraba el Inter de Milán.


Cuéntenos Ivan Ramiro:
«Ud. se ve jugando muy fuerte en los últimos partidos que le hemos visto en Italia, lo vemos al borde de la expulsión, a Ud. qué le pasa ? ¿Ud. porqué se ve tan intenso ?»
Ivan Ramiro le contestó: «Pascual, es que tengo que ser muy intenso».
Ivan Ramiro le contestó: «Pascual, es que tengo que ser muy intenso».
Le explico porqué:
- Es que yo juego en Italia, que es un campeonato muy exigente, con equipos muy buenos y muy parejos.
- Y Ud. sabe que yo soy vivo, avispado, fuerte y muy rápido pero soy de talla baja, ellos me llevan hasta 30 cm de altura y por eso me toca ser cada vez más fuerte, seguro, firme y acertado en todas las jugadas en las que intervengo.
- Allá me toca luchar por mi puesto frente a mis compañeros que desempeñan el mismo puesto mío, son jugadores muy buenos, fuertes en su juego, muy altos, bien preparados.
- Y debo marcar a jugadores extraordinarios, goleadores, muy rápidos, muy altos, fuertes al saltar y en la lucha cuerpo a cuerpo.
- Por eso no puedo dar ventajas, debo anticipar siempre al contrario y adelantarme a lo que ellos están pensando.
Por eso no puedo dar ventajas, debo anticipar siempre al contrario y adelantarme a lo que ellos están pensando.
Utilizando esta historia como una metáfora, esa es la lucha en la vida de todos los seres humanos para conseguir su subsistencia económica y de su familia, en las relaciones personales, en el trabajo, en el estudio y en las cosas pequeñas como moverse en el tráfico de una ciudad, en un supermercado.
Llegar a un sitio anhelado es difícil pero sostenerse lo es más.
Y avanzar hacia un nivel superior tiene momentos es que se ve casi imposible.